Vivir en un país seguro, organizado, con un sistema de transporte público que funciona, donde los impuestos retenidos por el Estado se ven reflejados en los servicios públicos, y las leyes se respetan, han sido los principales motivos para que profesionales dominicanos a abandonar su país para iniciar, desde cero, y disfrutar de la calidad de vida que les ofrece Canadá.

Aunque hay suficiente coincidencia en que no existe un país perfecto y que Canadá no es la excepción, la realidad de los dominicanos que han decidido compartir sus testimonios con Listín Diario es que su decisión de abandonar República Dominicana para iniciar una nueva vida en el país norteamericano ha valido la pena, a pesar de todas las barreras que han tenido que enfrentar.

A «Esther Martínez» le surgió la inquietud de irse a Canadá a principios de 2016. A finales de 2018 tuvo la oportunidad de viajar a Canadá para conocerlo y fue entonces cuando estuvo 100 por ciento convencida de emigrar.

Además, es el país que le daba la opción de llegar con residencia a través de uno de sus programas de migración.

El proceso de mi esposo y yo para llegar a Canadá nos tomó cinco años y llegamos como residentes en julio de 2023. Hicimos el proceso solos y nos ayudamos de dos grupos de dominicanos que ya habían hecho el proceso y compartían sus experiencias”, explica.

Las principales razones que la motivaron a irse del país fueron la poca seguridad, la corrupción de los partidos políticos y los altos impuestos que no se ven reflejados para el disfrute de la sociedad, razón por la que solo le gustaría volver a Quisqueya en vacaciones, para ver a sus familiares.

“Aunque Canadá ha cumplido con mis expectativas al 100 por ciento, hay cosas que las imaginaba mejor, como conseguir el primer empleo y hacer amigos. La gente aquí es muy reservada, pero de manera general es mucho mejor que RD, por eso en un futuro me veo en este país como ciudadana y trabajando en una multinacional”, indica.

En tanto, lo que más le ha gustado de Canadá es la diversidad de culturas, la cantidad de actividades que hay en Toronto, la ciudad donde vive, y que las personas respetan mucho el espacio de los demás y su tiempo.

De su lado, Shersky Ramírez, una licenciada en Administración de Empresas y tiene un máster en Gerencia Moderna, cuenta que tomó la decisión de mudarse a Canadá en 2017, siendo las principales razones el nepotismo.

Dijo que, a pesar de estar preparada académicamente se le dificultaba conseguir trabajo, a menos que tuviera una “cuña”, además de que debía pagar por servicios privados como salud, para que igual no recibir cuando los necesitaba.

La principal razón por la que eligió Canadá fue le pareció un país seguro y pone primero la calidad de vida del residente.

“Cuando empecé a planificar este sueño hice un proceso de descarte, y dentro de lo que conocía de Estados Unidos no me parecía muy atractivo”, indica.

Explica que su proceso fue un poco largo, porque en 2017 estaba todavía cursando su licenciatura y era algo que consideraba que tenía que culminar para poder cumplir con los requerimientos de Canadá, como el programa de Express Entry y sus puntajes.

Después inició una maestría y el objetivo era terminarla para adquirir más puntos.

“Una vez completé esto, me dediqué a ahorrar, sin embargo, en el camino decidí como vía más rápida migrar por estudios, y puedo decir que la venta de bienes como carros me ayudaron a lograr el objetivo económico más rápido”, dijo.

Y agregó: “Vine con mi pareja, pues estamos juntos desde el 2016 y era un plan en conjunto”.

Precisa que, en general el plan tomó años, pero una vez decidió venir por estudios, en nueve meses ya estaba en Canadá, junto a su pareja.

Literalmente, expuso Ramírez, “un 4 de enero del 2022 lo decidimos, y un 3 de septiembre 2022 estaba aterrizando en Toronto”.

Con casi dos años en Canadá, Ramírez considera que todo ha valido la pena, porque para ella todo funciona, y seguir las leyes y normas hace que el país tenga ese prestigio.

“Para mí en Canadá todo funciona, desde el sistema de transporte, la misma salud, aunque sea un sector que se vio muy impactado por la pandemia, he tenido que utilizarla y ha sido la mejor experiencia de mi vida, la gente, los canadienses, son muy amables y no he tenido una experiencia negativa con ellos en general”, cuenta.

Entre los aspectos negativos de Canadá, resalta que la renta es muy costosa y, aunque tenía un plan basado en la situación prepandemia, este se ha tenido que extender a varios años.

Una de sus principales barreras ha sido el idioma, pero como en Canadá hay una diversidad cultural tan grande, lo ha manejado, y claro, ha puesto de su parte para poder fluir cada vez más.

“En el futuro me veo más estable y ciudadana en cuanto a estatus. Me gusta mucho Canadá y como soy una persona que piensa en formar una familia, me siento muy tranquila porque siento que les aseguro una calidad de vida que en República Dominicana me iba a costar el triple” considera.

En tanto, a Juan Héctor Marte le surgió la inquietud de irse a Canadá hace dos años motivado por buscar crecimiento laboral y personal, y seguridad ciudadana. Su proceso tuvo una duración de dos años desde que comenzó a conversar con su esposa de la posibilidad de mudarse, hasta que se materializó.

Para hacer realidad su sueño, Marte, quien tiene dos licenciaturas, una en Comunicación Social y otra en Diplomacia y Servicios Internacionales, utilizó los servicios de una agencia estudiantil, pues llegó a Canadá como estudiante internacional y su esposa con un permiso de trabajo abierto.

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